Género: humor
Rating: K+
Resumen: Georg está cansado. Pero la próxima vez quizá se tome un tiempo para prestar atención a pesar de.
Notas: Por el cumpleaños de Georg y para el concurso del Georg Xpres en el grupo de Autores de fanfics
Georg está cansado; probablemente más cansado de lo que
lo ha estado jamás, tanto que le duele incluso respirar y sólo desea con toda
la poca fuerza que le queda echarse en su cama y asfixiarse contra la almohada.
Está cansado y no ha hecho absolutamente nada, así que
cuando por fin llega a su tan necesitado rincón, se tira sobre las sábanas sin
importarle nada y suspira pesada y tristemente contra el colchón.
No ha terminado de exhalar cuando un el torbellino
Kaulitz ha entrado por la puerta, vociferando cosas que para él no tienen la
más mínima importancia, mucho menos en ese momento en que está totalmente
concentrado en sentirse miserable. Bill se sienta a su lado y comienza a hablar
como si las palabras no fueran a ajustarle y Georg no entiende cómo es que Tom
es capaz de responder a todo lo que su hermano le dice, tan rápido e
incoherente como a él le parece.
Está balbuceando alguna respuesta que sabe que no tendrá
nada que ver con lo que ninguno de ellos dijo cuando Gustav ingresa en la
habitación, ginger ale en mano y
media galleta colgando de su boca que es arrebatada por Bill cuando intenta
articular alguna palabra que no le llega; se cubre la cabeza con la almohada
recién lavada mientras el rubio se sienta a sus piernas y le da ligeros golpes
en la parte de atrás de las rodillas que lo hacen ronronear de gusto.
Está cansado y no sabe por qué, sólo sabe que
definitivamente daría cualquier cosa por quedarse ahí, con Gustav en sus
piernas y las molestas voces de Bill y Tom trayendo un sueño pesado a su
cerebro. Respira profundo y por alguna razón se pregunta qué día es pero nadie
responde porque no lo ha verbalizado.
Hay una canción que no reconoce sonando en la cabecera de
su cama, y sabe que es el móvil de alguno de sus amigos porque alguien lo toma
y lo apaga antes de que pueda deducir si realmente no conoce la canción o
simplemente no le sonaba.
—Georg.
—Mhn, no.
—¿No? No qué, idiota, todavía ni siquiera te he
preguntado nada.
—Lo que sea, no. —Gustav ríe cuando Tom le lanza
cualquier cosa que haya encontrado en su bolsillo trasero para atacarlo y le da
en la espalda en lugar de la cabeza. Georg está demasiado cansado como para
levantarse y reclamar, así que sólo se hunde un poco más en su cama y gruñe con
toda la fuerza que puede cuando Bill le mueve de un hombro.
—Georg, esto es algo serio.
—Bueno, si es tan serio... decídanlo ustedes, confío
plenamente en sus limitadas capacidades.
Lo dice medio en broma, medio en serio, y sabe que
probablemente se arrepentirá un poquito cuando los gemelos salen tal cual
llegaron, dejándolos en la habitación; pero también sabe que vale la pena
fastidiarlos, porque es la mejor manera de quitárselos de encima. Gustav se
acuesta a su lado y comienza a acariciarle el cabello, porque sabe que le gusta
que le dé masaje en la cabeza, y él sabe lo mucho que a Gustav le gusta su
cabello, como el de los hombres que tocan en los grupos que le gustan y porque
él mismo no podría dejarlo crecer así de largo.
Se queda dormido entre suspiros aliviados y aun
preguntándose qué día será, intrigado e incapaz de recordarlo pero no lo
suficientemente interesado como para levantarse a mirar el calendario o
preguntarle a Gustav.
Georg está demasiado cansado, pero la próxima vez que lo
esté procurará poner un poco de atención a lo que le dicen, así quizá consiga
que su pastel de cumpleaños no tenga forma de pene.
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