Categoría: slash
Género: drama
Rating: M
Resumen: Para siempre y tú eres el único que no ha podido permanecer ligado a la esperanza de un futuro permanente, que ha abandonado lo que sabe que quería por estar demasiado asustado
Los lentes se empañan por el vaho de tu boca dentro de la
bufanda a causa del frío y tienes que quitártelos para limpiarlos aunque algo
en ti sabe que preferirías seguir sin poder mirar al frente. Porque te asusta
la eternidad.
No vas a la iglesia desde que tu abuela murió, y ya has
olvidado la mitad de las oraciones. Como cuando tenías seis años, la letanía de
las mujeres con rosario te impresiona de nuevo y sospechas que lo hará toda la
vida. Entonces te preguntas de nuevo qué estás haciendo ahí y la voz gruesa del
hombre mayor al frente responde por ti:
—Estamos aquí reunidos para unir en santo matrimonio…
La voz se extingue porque tú ya no quieres escucharla. Te
asusta el para siempre y ahí,
vistiendo un traje elegante, estás más aterrado que cuando aprendiste a andar
en bicicleta a los siete años.
Como cuando los gemelos dijeron que querían morir juntos.
No eres tú quien se casa, pero para siempre es demasiado tiempo,
piensas.
Te ajustas los lentes de nuevo y el hombre de vestido
deja de hablar para dar la palabra a una mujer anciana de cabellos rizados que
lee el gran libro.
No eres tú quien se va a casar, y es quizá eso lo que más
te aterra de ese para siempre. Que te
va a marcar una línea que nunca te atreviste a cruzar, pero ahora sin la esperanza
de poder pensar “quizá mañana” “se lo diré en navidad” “podré hacerlo cuando
llegue a tal edad”.
—Usted, Georg Listing, ¿acepta a esta mujer por esposa
para…
Para siempre es demasiado tiempo. Y demasiado tiempo es
también el que tú esperaste.
—Si alguien se opone a esta unión, que hable ahora o…
Las personas se arremolinan en la entrada antes de que tú
puedas siquiera pensar en decir alguna palabra, pronunciar el pequeño
monosílabo que podría librarte del amor que nunca expresaste; la frase típica
de las películas románticas que siempre salva el amor eterno de los
protagonistas y de nuevo el para siempre
te golpea la cara, la jodida eternidad a la que siempre le temiste y por la que
siempre estuviste luchando en realidad. Piensas entonces, y sólo hasta entonces
se te ocurre pensarlo, que todo este tiempo no fue el para siempre sino tu estúpida cobardía.
Para
siempre y tú eres el único que no ha podido permanecer ligado a
la esperanza de un futuro permanente; quieres pensar que es porque tu espíritu
es cambiante, que no vale la pena permanecer del mismo modo durante tan tiempo,
pero de inmediato te das cuenta que él vale la pena y tú eres un idiota, el más
grande idiota del mundo, quizá; que aún no tienes la edad para eso, para tomar
una decisión así de grande, pero intentas sólo engañarte y lo sabes, porque ya
tienes veintisiete y eres tan sólo demasiado cobarde.
Te aterra el para
siempre porque es el tiempo que queda para permanecer callado, y estás
asustado porque sabes que tú y él, el para
siempre y también el silencio fueron en realidad siempre los mejores
amigos. Y los mejores amigos se quedan siempre para el final de los tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario