jueves, 20 de junio de 2013

Lollipop II {Tokio Hotel}

Pairing: Gustav/Georg
Categoría: fem!slash
Género: romance, drama, humor
Rating: T
Advertencias: AU, gender swap, twc
Resumen: Agus no es una chica como las demás y eso a Georgie no le importa. No hasta que entiende cómo aplican los "pequeños oscuros secretos"




Cuando Agus conoció a Georgie, lo único que atinó a hacer en su fuero interno fue quedarse pasmada.

¿Por qué una chica tan bonita como aquella le sonreía con tanta cordialidad? No pudo sino devolverle la sonrisa, pensando que, lo más probable era que se estuviese burlando de ella.

Su sorpresa fue cuando aquella chica, después del gesto y una vez que se hubo instalado en su asiento, se acercó a hablar. Aun con la bonita melodía que tenía por voz, el sonido que salía de aquella boca tenía la particularidad de ser profundo.
La voz de Georgie tenía una profundidad pasmosa y relajada que te alentaba a bajar la guardia.

Después, Agus comprendió que, si Georgie le sonreía, era por ser una persona simple.

La sencillez de Georgie rayaba lo impactante. Quizá no pudiera ser notado en la primera mirada, pero una vez que hubo la suficiente interacción, Agus podía definirla en dos palabras:

“Simplona” era la primera. Era de la clase de chica que, ante todo, su prioridad era no complicarse.

La segunda, y que sólo aplicaba en ocasiones, era “impredecible”. Porque había ciertas ocasiones en que Agus simplemente no podía creer lo que Georgie hacía.

Como cuando rechazó a sus “amigas” por pasar a su la do la hora del descanso. Por toda explicación le dijo que aquellas chicas no eran ni la mitad de divertidas que ella. Así que, aun cuando se acababan de conocer, Georgie había decidido que sería agradable caminar con ella a la salida.
Lo cierto era que Agus no se había divertido tanto en su vida como aquella tarde; porque Georgie había sido la primera persona en convencerla de que el mundo no se iba a terminar si no se dirigía directamente a casa después de sus clases de música.

En una ocasión Agus le había preguntado por qué ya no se reunía con sus antiguas amigas. Georgie le había dicho que “amigas”, jamás había tenido; que ella era la primera.
Las otras chicas la buscaban porque, ciertamente, Georgie tenía un estilo inigualable (era la única capaz de hacer que ropa tan simple luciera tan fabulosa); pero, aun después de tanto en el mismo grupo de música no eran capaces de entender el porqué de que tocara el bajo.

– El bajo y yo nos complementamos. Es como si él me entendiera a mí y yo a él. No sé si tú lo entiendas pero, además de que seguro no te parece tan raro como a las demás, no me puedes juzgar por tocar un instrumento de chicos. Tú tocas la batería. –y se había echado a reír para continuar devorando el helado de yogur que tenía al frente.

También estaba el hecho (bastante extraño a  decir verdad) de que, de alguna forma que no lograba terminar de asimilar, ahora los viernes eran de Georgie. Agus nunca había disfrutado tanto los viernes, era algo que tenía que admitir; Georgie lograba que ella ni siquiera pensase en extrañar la paz que le infundía la soledad de su casa aquellos días en que todos salían y le dejaban sola.

Cuando la castaña ya no estaba a su lado, entonces se ponía a pensar en lo desastroso que sería si Georgie fuese una mala persona… porque se había convertido en la única capaz de manipularla sin que ella misma se diera cuenta.

Georgie era la única que sabía de sus extraños gustos y manías y, más que mirarla ‘raro’ como su familia había hecho, se sentaba durante horas a escucharla hablar sobre cosas que, Agus estaba segura, ni siquiera entendía por completo.

Georgie era la única persona con la que a Agus se le iba la lengua… no podía evitarlo si la otra ponía aquella curiosa cara de interés.

La rubia también era consciente de que debía mantener la distancia entre su amiga y algunos de sus perturbadores pensamientos.

Georgie era simple e impredecible. Era además, amable y dulce. También era una persona fuerte. Era coqueta sin siquiera intentarlo. Era vulgar para ser tan femenina y, aun con ello, algo en su persona destilaba elegancia.
No abusaba de sus encantos, pero sabía utilizarlos, y se sentía atraída por las personas que le parecían poco comunes.  Tenía un sexto sentido que nunca fallaba y tanto podía pecar de ingenua como de sagaz. Era aventurera pero jamás dejaba de lado la prudencia.

Georgie era la única persona a la que, actualmente Agus miraba con admiración infinita.
Fue por eso que, aun cuando Georgie le había besado de vuelta, Agus decidió fingir que dormía cuando su amiga regresó del baño.

Por eso decidió no suspirar de tranquilidad y alegría cuando esta se tendió a su lado, le abrazó, le besó la frente y se dejó vencer por el sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario