Categoría: slash
Género: angst, romance
Rating: T
Advertencias: travestismo, AU, chan, violencia, prostitución
Resumen: Libertad era su nombre cuando Tom le conoció.
Lucía tacones altos y sofisticados, el cabello largo y negro, suelto, enmarcando sus finas facciones. Aquellos ojos oscuros delineados y recubiertos por pestañas abundantes; una falda corta y una chaqueta de cuero. Sus labios rojos, su maquillaje intenso y el esmalte de uñas gris.
Su verdadero nombre era Bill; y le conoció una noche mientras transitaba por el parque del centro. Le coqueteaba con descaro, le contoneaba su respingado trasero, y le cobraba quinientos billetes.
Era prostituta...
Capítulos: I, II, III, IV, V
Ayer, Andy me gritó.
Cuando volvió a
casa yo estaba mirando la pequeña televisión que su mamá nos regaló; había un
canal en el que una mujer preparaba
panecillos de zanahoria y no pude evitar recordar lo mucho que mi mamá
se esmeraba cuando intentaba preparar aquellos mismos panecillos. Le dije a
Andy que quizá deberíamos intentarlo algún día… No debía decirle nada. Él no
tiene tiempo para ese tipo de estupideces, está demasiado ocupado con el
trabajo y la escuela como para siquiera pensar en ello; está cansado, agobiado,
fastidiado. Me ha gritado hasta que no se le ha ocurrido nada más, y entonces,
se ha encerrado en la habitación.
Ni siquiera me
dio tiempo de reaccionar, incluso pensé que iba a golpearme.
La televisión se
ha quedado prendida hasta que me cansé de llorar… nada se solucionó; ni
siquiera logré sentirme mejor. No quería
parar de llorar pero, mientras lo hacía incluso tan sólo empeoraba las cosas,
porque el televisor estaba gastando luz que hay que pagar con dinero que no
tenemos mientras yo no hacía sino berrear bajito y nada más. Nada más.
Entonces estaba
furioso conmigo mismo ¿qué he estado haciendo todo este tiempo? ¡Nada! Tan sólo
dejar que Andreas se encargue de mí. He estado aquí encerrado todo este tiempo,
haciendo los quehaceres, tal si fuera una novia desamparada o una madre o
esposa preocupada que cree que no tiene poder y necesita protección. ¿Qué estoy
haciendo y cómo llegué a esto? ¿En qué he estado pensando? No lo sé; tan sólo
sé que, llorando, no es la forma en la que voy a conseguir una respuesta. Tan
sólo estoy aquí, arruinando la vida de Andreas, destruyendo su juventud, tal
cual a mí un par de sujetos me destruyeron la infancia. Ya no soy un niño, y debo dejar de
comportarme como tal.
+--+
Me pregunto si
Andreas era virgen antes de mí…
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