lunes, 29 de octubre de 2012

Que Georg no se entere. II {Tokio Hotel}

Pairing: Bill/Tom/Georg
Categoría: slash
Género: humor
Rating: MA
Advertencias: twc, trío, drogas, voyerismo
Resumen: Cuando los Kaulitz han decidido que quieren algo, entonces harán de todo para lograr conseguirlo.
Sobretodo si se trata de Georg.
Notas: En lo profundo de mi ser, sé que hay algo turbio entre estos tres.
Capítulos: I




Si la heterosexualidad es un problema…


– Tenemos que deshacernos de ella.
Eso era lo que Tom le había dicho cuando se cansó de que sus esfuerzos no los llevaran a ningún sitio.

La cuestión era: ¿cómo desaparecer la heterosexualidad de un hombre que siempre había sido heterosexual? La duda debía ser su mayor aliado, y no su peor enemigo.
Georg debía dudar de su heterosexualidad. Una vez que uno duda sobre algo como eso, jamás, jamás vuelve a tener un pensamiento puramente heterosexual.

Gustav al principio no entendía el porqué del cambio de look de su compañero. Lo cierto era que, si bien Bill no era el hombre más masculino del mundo, seguía siendo un hombre, y lo parecía en toda su extensión. Se comportaba como uno, actuaba como uno, pensaba como uno.
Un hombre y un adolescente al fin y al cabo. Si no supiera de la atracción que ambos tenían hacia Georg, entonces ni por asomo hubiese pensado que podían gustar también de un hombre. No que Gustav fuese prejuicioso.
Lo cierto era que Georg era el único que hacía su labor de maravilla: No se enteraba de nada.
La ingenuidad y distracción de Georg podían llegar a niveles que colmaban.

Bill había comenzado a actuar el doble de extraño. Se maquillaba con más delicadeza y esmero, ponía especial atención a su, ahora largo cabello;  su voz le figuraba más delicada y sus movimientos se habían hecho definitivamente “amanerados”.
No era una chica, pero lucía como tal. Aquella era la segunda faceta del plan: Bill sería el encargado de destruir aquella heterosexualidad que resultaba tan molesta.
Se acercaba a Georg, le coqueteaba y trataba de verse bien para él todo el tiempo; en tanto Tom se encargaba de que no le quitara la vista de encima.

Sí, aquello era una confabulación. Pero una confabulación discreta, porque Georg no debía darse cuenta.
Aun cuando Gustav lo había notado siquiera antes de que comenzaran a ‘atacar’ a su amigo con perfumes dulces y maquillajes definidos; miradas insinuantes y cabellos sedosos y perfectos.

– ¿Cómo me veo?

–Te ves increíble, Bill ¿No lo crees, Georg?

– ¿Qué?... Ah, claro. Te ves genial, Bill; muy lindo…

Fue ahí donde el muro comenzó a caer.
Porque aquel “lindo” era más que suficiente para saber que Georg no sería tan difícil de roer.  Porque ni siquiera era necesario volverlo gay. No querían que fuese por el mundo buscando chicos (no querían que fuese por el mundo buscando a nadie más), era suficiente con que sintiera ‘interés’ por ellos (sólo debía sentir interés por ellos).
Y si para Georg, Bill era lindo, entonces Tom lo era también.

1 comentario:

  1. Lol. Me encantó la lógica final “Y si para Georg, Bill era lindo, entonces Tom lo era también”. Este Tom me gusta, no sé por qué, la caracterización que tiene en tu fic es, no sé, creo que ligera en el buen sentido. Y Georg, meh, el siempre me gusta (:

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