jueves, 14 de agosto de 2014

Te quise más que a nadie {TH}

Título: Te quise más que a nadie
Categoría: Slash, hetero
Pareja(s): Gustav/Georg, Georg/OFC
Género: drama
Palabras: 733
Resumen: Georg se ha casado. A Gustav no le duele, no llora por las noches no se emborracha hasta el olvido. A Gustav no le duele, sólo toca fuerte, toca rápido, toca más, todo el tiempo. Georg se ha casado y a veces le llama para salir pero él todavía se acuerda y no atiende el teléfono. No le duele. Sólo ha estado enojado.
Notas: Escrito para el maratón de pics de TH Kinky Twink. Basado en esta pic




Era algo que estuvo esperando durante mucho tiempo, pero hay algo que sucede cuando esperas mucho tiempo y es que las cosas se van haciendo más y más irreales, y mientras lo que no sucede, lo que está sucediendo parece lo que va a seguir sucediendo, incluso si sabes que no. En el fondo, Gustav sabía que no.

La primera vez que se besaron, se quedó congelado en el sitio durante un segundo hasta que Georg se rio, entonces él también lo hizo y ya está, no era asunto relevante, sólo un beso, hay muchos besos en la vida, algunos son importantes y otros no, y con algunos te ríes y lo dejas pasar porque no son importantes, las cosas van a ser como deben ser incluso si ha habido algunos besos que provocaron algunas risas.

Algunos besos no son importantes. Algunos besos son importantes, pero sólo para una de las personas que besa. Y entonces es mejor fingir que no han sido importantes porque reír es siempre una mejor solución.

La segunda vez que se besan no hay risas, se miran a los ojos durante un minuto entero y entonces se besan de nuevo. Y de nuevo. Y de nuevo.
Se besan hasta que les duele la boca y se les desacomoda el cabello sin haberlo tocado. Hasta que la respiración les pesa. Labios contra labios cerrados durante casi veinte minutos que parecen interminables porque no hay una razón física que pueda detenerlos. Los detienen las circunstancias.

Gustav siempre ha sido reservado con sus sentimientos. No llora enfrente de otras personas desde que tenía cinco años,no hace rabietas, no es romántico, y si algo le molesta lo expresa con silencios dolorosos y puñetazos si es necesario.
Cuando algo duele mucho, entonces toca. Toca fuerte, toc rápido, toca horas y horas, toca más, toca todo el tiempo hasta hacerse daño.

La tercera vez que se besan parece tanto un beso de verdad que algo le explota en el pecho, como la erupción de un volcán, como una botella de cerveza directo al cráneo. Se le expande por el cuerpo como calor y antes de que pueda pensarlo dos veces, antes de que las circunstancias vuelvan a ser parte de la ecuación, la pared parece el mejor sitio del mundo y la boca de Georg lo que siempre estuvo buscando. Parece tanto un beso de verdad que se meten las manos bajo la camiseta y se separan de golpe como haberse quemado cuando se rozan la entrepierna y antes de pensarlo ha salido por la puerta sin darse la vuelta.
No le ha mirado. Estaba contra la pared con los labios rojos, las piernas entreabiertas, la camiseta mal puesta, el cabello desordenado, y él ha salido de la habitación sin mirarlo.

A Gustav no le duele, sería la cosa más estúpida del mundo decir que le duele. Pero toca mucho.
No le duele porque ya se lo había esperado, se lo estuvo esperando todo el tiempo, lo que hacían eran sólo un par de veces que ocasionaron risas, algunos labios cerrados y un par de camisetas fuera de lugar, pero esta era la parte que estuvo esperando todo el tiempo y no le duele porque es como ver esa parte de la película que ya te sabías porque habías leído el libro. No le duele, no se emborracha hasta el olvido, no llora por las noches, pero toca. Toca mucho. Toca hasta que le duelen las rodillas, tiene calambres, se le revientan las ampollas de los dedos y se empiezan a formar nuevas.

Georg se ha casado. Gustav perdió la cuenta de los besos y lo que fue más que besos pero ahora Georg se ha casado, y a Gustav no le duele, sólo toca todo el tiempo; y a veces Georg le llama para salir, pero él todavía se acuerda, todavía le quema un poco y no atiende el teléfono.
Y de verdad que no le duele, es sólo que quizá lo quiso más que a nadie y ha estado un poco enojado, un poco distante, un poco quemando el traje que usó para la ceremonia. Y ha estado tocando mucho.




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