Género: humor
Rating: K
Advertencias: lenguaje 'inapropiado'
Resumen: Cuando Georg cocina y los demás comen.
Notas: Este fue para el reto de Tokio Hotel de la A a la Z del grupo de autores. Cogí la Ñ.
–… ¿Cómo? No, no
lo repitas, ¿cómo diablos se supone que se pronuncia?
– Oh vamos, no
puede ser tan complejo, es sólo una sopa, Bibi.
– No, no, es que
escúchalo, Tom. Dilo de nuevo, Gus.
– Ñoquis.
– Ya lo había
escuchado la primera vez, Bill, no necesitaba que lo repitiera; no tiene nada
de raro, es una pasta.
– Técnicamente,
no es una pasta en realidad, la preparación es diferente y…
– Sí, sí, Gustav,
ya sé, pero no estábamos hablando “técnicamente”, hablábamos “vulgarmente”
– Hey, hey, que
no salgas con vulgaridades tan temprano, Tom, no seas corriente. Creí que
hablábamos de sopa.
– Pasta.
– Ñoquis.
– ¡Da igual!
Comida, punto. Pero dilo de nuevo, suena gracioso.
– No soy tu
burla, Kaulitz.
– Pero no me
estoy burlando, Gustav, es que me encanta escuchar tu melodiosa voz.
– Sí, es casi
como cuando intentas hablar el español.
– Sigan jodiendo,
Kaulitz y yo me encargo que haya una mierda de ñoquis para ustedes.
– ¿Mierda? Le
diré a Georg que estás insultando su comida ¡Georg!
– ¿Qué? ¿De qué
mierdas hablas?
– Lo hizo de
nuevo, Bibi; no Schäfer, como sigas así, Georch no va a querer alimentarnos
nunca más
– Y jamás volverá
a preparar sus…
– ¿Quieren callar
de una puta vez los tres?, si no guardan silencio nos comeremos mi perro y yo
los ñoquis.
– ¿Cómo es que
pueden tener un nombre tan… curioso?
– Es que es
italiana, “Bibi”
–Hey, que sólo yo
le digo Bibi.
– Y sólo yo
cocino ñoquis, ¿cuál es el punto?
– ¡Gustav se está
tragando las bolas de masa en salsa!
– Ñoquis, Bill,
¡ñoquis!
– Da igual, que
Gustav se las está tragando todas.
– Ya va, que no
te las acabes, Gustav; no tengo once horas metido en la puñetera cocina para que acabes con mi trabajo en ¡Tres
minutos!
– Bueno, primero
no me callo y no me quieren dejar comer, ahora que estoy callado, ¿tampoco
puedo comer? ¿¡Entonces cuándo puedo comer?! Estos ñoquis están increíbles.
– Por lo menos
alguien aprecia mi trabajo…
– Oh, no
dramatices, Hagen.
– Lo dices porque
tú no prendes un cerillo si no es para fumar.
– ¿Quién fuma?
– Nadie fuma,
Tomi.
– Tú fumas, no
finjas demencia.
– ¡Qué Gustav se
traga los… las bolas de masa! ¡No te las tragues, Schäfer!
– Pásame a tu
hermana, Kaulitz.
– Tom
– ¡Hey!
– Te jodió la
princesa, mi hermano.
– Cállate y
métete tus ñoquis por el…
– Ven aquí, nena,
que ya tengo el consentimiento de tu hermano.
– Muérete, Hagen,
muérete. Y llévate tus jodidos ñoquis contigo.
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